Dictan 18 meses de prisión a Héctor (La Figura) acusado de sicariato

Santiago (R.Dominicana), 25 de Enero (EFE).- Una jueza del norte de la República Dominicana envío hoy a prisión a un dominicano extraditado la víspera desde EE.UU. por su supuesta vinculación en las muertes de un compatriota, tres colombianos, un venezolano y un español, en sucesos ocurridos en 2011 en la norteña provincia de Santiago. Se trata de Héctor Vargas Valerio, quien logró huir a Estados Unidos tras supuestamente cometer estos asesinatos, atribuidos por las autoridades locales al narcotráfico.

Durante una audiencia celebrada hoy en Santiago (155 kilómetros al norte de Santo Domingo), la jueza Yanet Jiménez, del Juzgado de la Instrucción de Atención Permanente del Distrito Judicial de esa ciudad, envió a Vargas Valerio a prisión por 18 meses como medida cautelar.

La Fiscalía tipificó al imputado como un peligroso sicario y pidió al tribunal que el caso fuera declarado complejo, lo que fue acogido por la jueza.

Las autoridades dominicanas acusan a Vargas Valerio de haber asesinado al español Pablo Fanjul el 25 de agosto de 2011 mientras se recreaba en un parque del sector Villa Progreso, en Santiago.

Tres días después, la Policía encontró en una casa desocupada en esa misma ciudad los cadáveres de los colombianos Serafín Alvarado Bautista, de 52 años; Carlos Arturo Pedraza García, de 45, y Héctor Elías Peña García, de 24, así como del venezolano Silvio César Sánchez Montero, de 48, los cuales estaban maniatados y presentaban impactos de bala en varias partes del cuerpo.

La Policía y el Ministerio Público vinculan a Vargas Valerio también en la muerte del dominicano Jesús Durán Jiménez.

La Policía dijo entonces que la misma arma con la que ultimaron al español se usó en el asesinato de los cuatro suramericanos, lo que evidencia que las cinco muertes tienen el mismo vinculo.

Las autoridades atribuyen los homicidios de los extranjeros a supuestos ajustes de cuentas vinculados al tráfico de drogas.

De acuerdo con fuentes oficiales, el acusado formaba parte de una peligrosa red de sicarios que integraba junto a otras seis personas, cinco de las cuales guardan un año de prisión preventiva en la cárcel de Rafey, en la citada provincia.

El otro acusado murió tres meses después de ocurrir los hechos en un supuesto intercambio de disparos con la Policía.

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