Por la redacción

TRAS LAS HUELLAS DIGITAL, KIEV, UCRANIA, 12 DE JUNIO 2025-. El presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski, revelo que el golpe dado a Rusia se hizo con drones de bajo costo, como parte de una operación del Servicio de Seguridad de Ucrania, golpearon algo muy, muy caro para Rusia, en todos los sentidos de la palabra: bombarderos estratégicos en aeródromos militares lejanos.

Dijo que fue una operación completamente legítima dirigida a las mismas aeronaves que Rusia utilizó para aterrorizar a nuestro país y enviar un mensaje de amenaza a la OTAN. Y no eran solo bombarderos estratégicos similares, sino exactamente los mismos que Rusia había utilizado para simular ataques con misiles en territorio de la OTAN.

Aquí el discurso de Zelenski

¡Muchas gracias! Muchas gracias por la invitación. ¡Damas y caballeros!¡Presidente Pavel! ¡Presidente Vass! Gracias por invitarme al foro GLOBSEC este año, en un momento de grandes cambios y decisiones importantes, que afectarán la vida de las personas y nuestra forma de pensar sobre la seguridad en los próximos años.

De verdad, hace doce días completamos la etapa final de nuestra operación llamada, como dije, «Telaraña». Probablemente nadie en esta sala se lo perdió.

Drones de bajo costo, parte de una operación de bajo coste del Servicio de Seguridad de Ucrania, golpearon algo muy, muy caro para Rusia, en todos los sentidos de la palabra: bombarderos estratégicos en aeródromos militares lejanos.

Y fue una operación completamente legítima dirigida a las mismas aeronaves que Rusia utilizó para aterrorizar a nuestro país y enviar un mensaje de amenaza a la OTAN. Y no eran solo bombarderos estratégicos similares, sino exactamente los mismos que Rusia había utilizado para simular ataques con misiles en territorio de la OTAN.

En total, como dije, 41 aviones militares rusos fueron destruidos o gravemente dañados, y todo esto sucedió casi en vivo, para que el mundo lo viera. Y esto muestra claramente cómo están cambiando las tecnologías de la guerra. Hace diez años, tal ataque habría sido inimaginable. Hoy, ni siquiera podemos imaginar qué tipo de ataques un país podría ser capaz de llevar a cabo en 10 años. Pero un principio es claro: ningún país puede permitirse quedarse atrás en el desarrollo tecnológico cuando se trata de seguridad.

Aquí hay otro ejemplo. Estadísticas. Hoy, 12 de junio, en el cuarto año de la guerra a gran escala de Rusia contra Ucrania, nuestro ejército ha registrado más de un millón de bajas rusas – muertos y heridos. Este es el precio que Putin y los que son como él están dispuestos a pagar por sus enfermas fantasías geopolíticas.

Un millón de pérdidas – y aun así, hacen todo lo posible para evitar terminar esta guerra. Incluso ignoran a Estados Unidos y al presidente Trump, que han llamado repetidamente a un alto el fuego y al fin de los asesinatos.

A Rusia realmente no le preocupan tanto estas pérdidas humanas. Lo que les preocupa son las fuertes sanciones, especialmente las contra el petróleo ruso, incluyendo un nuevo tope de precios. Eso es lo que realmente les amenaza, porque podría cortar su financiamiento para la guerra y obligarles a buscar la paz.

También están preocupados por las sanciones al sector bancario y por el aislamiento político, cuando Moscú no es invitada a foros internacionales, así como por los nuevos esfuerzos de defensa conjunta entre Ucrania y nuestros socios en Europa y en todo el mundo.

Rusia está preocupada por el dinero, por el llamado ‘prestigio’ en la política exterior y por nuestra resistencia. Pero no les importan las vidas de un millón de sus propios ciudadanos. Y les pido que vean esto no solo como otro hecho sobre dictaduras como la de Rusia, Corea del Norte o Irán, sino como un desafío de seguridad para todos nosotros.

Tenemos que confrontar a aquellos que tratan la vida humana como si no tuviera valor, así como defendemos nuestra propia seguridad. Esta lucha no se limita a Europa; es importante en cada región cercana. Cuando la vida no significa nada para quienes están a cargo, ningún crimen está fuera de la mesa – ni siquiera la agresión a gran escala.